Cuando me enteré de la muerte de bergman, se me vino a la cabeza esta escena.
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BERGMAN, Ingmar, Det Sjunde Inseglet (El séptimo sello), Suecia, 1956.
julio 31, 2007
bergman. El Séptimo sello*
julio 26, 2007
Peter Zumthor, arquitecto
julio 19, 2007
El Viaje Negro
Cuando puse cuarta ya íbamos saliendo de New Orleans, dejando atrás a todos los coches que en algún momento vimos delante nuestro, tapándonos el horizonte oscuro que teníamos al final del camino, I love this shit I used to said when I was younger, y mi Cadillac iba rápido, tan rápido que ya casi no recuerdo el paisaje, como tampoco recuerdo -o tal vez no quiero recordar- aquellas noches inagotables, perversas, y hasta innombrables, que terminaron en alguna pieza del quinto piso del St. Marie Hotel. Oh Tony, I still remember this song, esta canción es para ti, le dije, con la vista puesta en el Corvette que habría de sobrepasar segundos después, y no pasó más que media hora cuando ya pude detener mi Cadillac a la orilla de la carretera, allí en la cuesta de un monte cuyo nombre no recuerdo, y que solo tengo de él, la imagen, la postal, las nubes anaranjadas en el fondo más remoto. Todo grabado en mi memoria, y ella, sentada en el capó de mi viejo Cadillac, mirando esas mismas nubes anaranjadas en el mismo fondo remoto que yo vi, y entonces se levanta, da pasos tímidos al borde del acantilado, y dice algo sobre la vida o sobre lo difícil que es vivir esta vida, lo cierto es que no le entendí muy bien, y entonces prefiero quedarme en silencio, y esperar a que me diga algo, algo de eso que me iba a hablar, y ella no dice nada, y en el fondo sé qué es lo que me va a decir, pero finjo no saber nada, ni siquiera por que ella luce de esa manera: lúgubre, triste, tenuemente sollozante.
Ahora, ya muerta y enterrada, no me queda más que recordar con no poca amargura, los segundos previos al final, cuando me confesó entre lágrimas lo que de alguna u otra forma no quería oír, y lo siento mi amor, es demasiado para mí, lo sé, también para mí es una locura, I couldn`t stand with this so much time, y te entiendo, en serio, más de lo que crees, oh por dios Tony, eres tan bueno conmigo, oh Rose, sí que lo soy, y te tengo que decir algo Rose, y dime lo que quieras amor mío, me voy, que te vas, me voy y no podrás ir conmigo, pero a dónde es que te vas, y eso ahora no importa, y como que no importa, y da lo mismo Rose, le dije o le grité, ya no recuerdo, y quizás le grité, por que luego vi su rostro y vi como desfallecía, y pensé que ese rostro no podía responder sino que al grito furioso que tuve que haber lanzado segundos antes, y después pensé que ese rostro, ese que desfallecía a mi frente, desfallecía de incertidumbre, de perpleja nostalgia, pero también de tristeza, una tristeza que yo no correspondía, y que justo en ese momento esperaba no sentir, y que finalmente no sentí, incluso mirándola a los ojos, incluso diciéndole que lo sentía hasta más que ella, incluso llorando como lloré, y sintiéndome, quizás en lo más profundo de mi, como un hipócrita como no había visto en años.
Apreté el gatillo, cerré la cajuela de mi viejo cadillac y me dispuse a la búsqueda de un lugar al que el sol no pudiera llegar.
julio 14, 2007
julio 02, 2007
subiela/ benedetti. No te salves*
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SUBIELA, Eliseo, El Lado Oscuro del corazón, Argentina, 127 min, 1992