octubre 13, 2007

Manuscritos

Ya para sus últimos días, y en la más tortuosa de las angustias, Franz Kafka le pide a su amigo Max Brod que se deshaga de sus manuscritos. Que los queme.

Max Brod no lo hace.

1 comentario:

SugarCube dijo...

otros quieren que para su muerte les amarren bien los zapatos.
saludos tomás,
ya te dije eso de la
letra muda o no?
un beso.