diciembre 24, 2009

POLÍTICAS DE BARRIO II


UNA POBLADORA: Mi marido me dijo, oye Rosa, yo ya no tengo fuerzas. Me quedé sin pega y sin plata. Y el niño que no para de llorar. Tranquilo, le dije. Algo tendremos que hacer. Yo no me voy a rendir, y espero que tu tampoco. No, yo tampoco. Perfecto. Entonces vamos a resistir.
Vamos a resistir como ayer resistió mi madre. Y así lo hicimos.
Hay que ganarse la calle con dignidad, le dije. Si la única micro que pasa por esta comuna, pasa cada media hora, llena hasta la pisadera, a ocho cuadras de la casa, entonces debemos estar preparados. Estábamos todas en la misma.
Las mujeres que ayer solo éramos hijas, hoy éramos hijas y también madres. Oiga vecina, me mira un ratito al Nicolás, que con esta cuestión que le dio al Felipe, ya no tengo con quien dejarlo. No se preocupe vecina, usted tranquilita, que yo me encargo. Pucha vecina, se pasó. No sé cómo darle las gracias. Vaya no más.
Entonces agarré al Felipe, lo arropé bien y me lo llevé en brazos hasta el paradero. Nos subimos como pudimos, nos metimos entre un mar de gente, nadamos tratando de encontrarnos, y un vecino me mira y me da el asiento, y le digo gracias, y sentada espero, y se me va la tarde, y se me va la noche, y esperando se me pasa la vida, y volvemos a la casa cansados, fatigados, -mas bien resignados-, y con mi cabeza pegada a la ventana me quedo un rato sentada, pensando los sueños imposibles, con el Felipe acurrucado entre mis brazos, quizás llorando, quizás durmiendo, quizás sintiendo miedo de la noche que no conoce, y yo pregunto –me pregunto- hasta cuándo va a durar todo esto, hasta cuándo podré soportarlo. Entonces recorro con la mirada las luces fracturadas de la ciudad en la que vivo. /Y veo cómo nuestro futuro se muere en las esquinas /Y veo cómo otros -quizás cuántos- se alimentan de nuestras desgracias. /Y me quedo esperando ingenua la explicación que no llegará. /Y espero y esperando se me pasa la vida.
Pero siento que todo es más simple, y a pesar de que me caiga a pedazos sobre un pedazo de colchón, con el cuerpo destrozado del día y de la noche, aún confío en la gente que vive a mi lado. Y aquí estoy: viva.

4 comentarios:

Da. dijo...

me he acordado de ti hoy..
feliz navidad para ti tomás hache.
ps: me gustó esto.
un besito.
da.

martina p.r. dijo...

me gustó mucho el texto, sobre todo el ritmo que lleva... como que se va angustiando de a poco, se lee esa ansiedad en el ritmo, va creciendo.

chic Gucci shirts dijo...

good thing!

vugurus dijo...

so nice blog