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marzo 23, 2009

hiperbólica

Déjame bailar contigo para rozarte de repente, y decirte al oído que me tienes caliente, que me muero si bailas con otra, que antes prefiero la muerte, y te digo,
-lo grito-,
yo solo quiero tenerte.

Desdicha triste de mi baile de cumbia
Desdicha borracha de tus ojos callados

te quiero por tu desparramo
por tus piernas eternas, inmensas esas piernas que dios te dio
por tus pechos luceros marianos
por tu boquita de anís brillosa cuando te chupas los labios cuando te tocas,

y me miras calentona
y te ofreces destemplada


Hiperbólica
Callejera
Inconclusa / desterminada

marzo 14, 2009

Problemas de la Cumbia II

En una conversación con Pablo Paredes hace un par de meses, me resultó sorpresiva la critica demoledora que le hacía a la cumbia de Chico Trujillo. Eludir la sinceridad radical del folclore desde el artefacto kitsch, neo-burgués, que mira con paternalismo las expresiones de lo popular, hace que el intento de aproximarse a la realidad cumbianchera resulte una falacia, decía*.

Le comenté –coincidencia miserable- que justo el día anterior, en un concierto de Carlos Cabezas en Catedral, había visto a su vocalista revestido de Adidas, con una piscola en la mano, bailando junto a Titae Lindl y todo el establishment cultural ABC1 /C2 que compartían sus caprichos populares, pequeño burgueses y pro- concertacionistas.

Un ejercicio cultural que suponía la participación colectiva de una clase en particular, resulta ahora solo aprovechada por un sector ajeno, que se la apropia y que la modifica con nuevos códigos, y espacios de práctica. Resultaba ser, para Paredes, el problema de la cumbia, un problema de clases. Y ahí estábamos, ante la cumbia que no era cumbia, ante la cumbia entendida como un simulacro de folclore.
Y yo simplemente quería bailar.
_______________
*sorry por el chorizo del primer párrafo, pero en nigun caso es textual, mi memoria no da para tanto.

marzo 05, 2009

Problemas de la Cumbia

El problema de la cumbia en Chile es que no existe en ningún lugar. Existe en las poblaciones, en la fiesta, en la micro, en la construcción, en el derrotero marginal, pero al mismo tiempo, no existe en ningún lugar. No hay identificación ni sentido de pertenencia de algún sector que se posicione a sí mismo como cuerpo social y simbólico de la cumbia. Como un petardo, la cumbia vuela, ilumina, y despliega sedimentos, pero sin disponer de un dispositivo que la repatrie.
En argentina, en cambio, la cumbia villera opera como un rasgo de identificación, que se aplica en sectores marginales, no solo como forma, estilo, y variación de la cumbia tradicional, sino también como modo de denotar las fronteras de una geografía, que es al mismo tiempo territorial y humana. La cumbia villera es de la villa. De quienes nacen, viven, y mueren en medio de la miseria. De la villa miseria. Por eso mismo es radicalmente subversiva. Por ser la plataforma discursiva para las voces de la periferia, voces disidentes, insurrectas, abyectas de racionalidad centralista.

marzo 03, 2009

Así no más

La discusión no fue muy larga, pero si muy clarificadora. Los Charros de Lumaco no eran el grupo que yo creía que era. O por lo menos así me lo hizo ver José, camionero de la Esso, quién prefería a Los Tigres del Norte. Decía que los charros, solo copiaban los corridos más famosos, y que habían hecho fama a costa de otros.