febrero 08, 2007

Soneto cínico

1.

La guerra nuclear ha comenzado
y hay un hombre que no lo lamenta
no hay por que, no toca mi puerta
no sean alaracos él ha gritado

veo cómo muere el gentío
calles llenas de pichi panfletario
muéranse dijo el mandatario
ya no nos importa el pudrerío.

y si el indiferente yo fuera
mudo ante el gas lacrimógeno
en asesino me convertiría

el compromiso aunque me duela
parece solo alucinógeno
y no convence ni a mi tía.


2.

Los intelectuales mientras discuten
despedazan cabezas por la verdad
rompen, cortan, rayan pura necedad
hablan sobre temas que repercuten.

no creo en nada, dijo un cura;
me cago en dios, dijo el loco,
yo en tu puta madre, el sin coco.
yo en cambio amo la dictadura.

ordenada idiotizadamente
no escucho mas que palabrería
y clamo un minuto de silencio

me afecta la bulla de la gente,
ya no creo en la filantropía
y muero en medio del comercio.


3.

El mercado abre ante mis ojos
lo que nunca pensé para venderlo,
ya, qué importa, habrá que tenerlo
enceguezco y sigo mis antojos.

aunque no me ha de ser divertido
ha caído una bomba en casa,
la cogo, la llevo para la plaza
miro, examino su contenido.

he de tirarla a un basurero
por que con ella no quiero quedarme
podría venderla o regalarla

para que mate a un romancero
la doy al verdugo sin indignarme
por favor, no vacile al usarla.


4.

Verso feo, agotador y culposo
aborrecido, anticuado cantante
relamido, fome y mal sonante
criminal resignado y furioso.

mato poesía haciendo versos
la mato con sinuosa reverencia
por dios, ya casi no tengo paciencia
terminaré por rajarme los sesos.

Cae cínico y acribillado
de un tunazo ha caído muerto
Aleluya, la gloria es nuestra

nadie aún se ha arrodillado,
¡no es verdad, solo esta tuerto!
la mentira ha sido impuesta.


5.

Pretendo hallar ese que me dijo
un testamento de puro chanchullo
no oigo mas que un leve murmullo
del que me apuntó como su hijo.

de caminar lento y pensativo,
rezo, canto y toco la guitarra
sin dudar me declaro anti-parra,
asesino sin ser provocativo.

Camino por el campo de batalla
carnicerías corren a destajo
y casi no siento el bombardeo

más heridos que yo, hay donde vaya
esto no me importa un carajo
y sigo, sigo mi vagabundeo


6.

Los vestigios finitos del final
me rompen la cabeza como piojos
lentos, fríos, torpes y algo cojos
arriban a la estación terminal

es entonces que me toman el pulso
y me esclavizan y me perturban
me cortan los ojos en la penumbra
enajenado rompo en discurso

-hijos del maniático jubiloso:
la paz debiera ser como la tele
vendible, populosa, marquetera

consciente del comentario rabioso
clamo por que no se me encarcele
y pido perdón por tanta tontera.

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